sábado, 26 de enero de 2008

PROMESAS




Son secos ellos, me encanta este video. En realidad lo mejor es la simpleza. Los Mono eran los verdaderos Pulentos, pero tuvieron diferencias con Canal 13 y al final se quedaron con todo el material, y decidieron editar un disco, SOMOS LOS QUE ESTAMOS.

El video de Promesas está hecho en la Villa Portales, ese conjunto emblemático creado entre 1958 y comienzos de la década del 70. Yo creo que la elección no fue al azar, no sólo por los pasillos largos, sino por el significado de esa propuesta arquitectónica.

En fin, independiente de todo análisis, está tan bien hecha esta canción, la letra es tan simple y directa, y el video, pese a lo sencillo que se ve, tiene hartas referencias (el mono Amelio, por ejemplo), que generalmente la escucho tres o cuatro veces seguidas.


miércoles, 23 de enero de 2008


Un momento de relajo en la pega... y con new look!!

viernes, 18 de enero de 2008

A ella le dolía su país


“Sin ese golpe militar, mi padre estaría vivo con 81 años. Sin ese golpe militar, yo habría sido -creo- una periodista dedicada a la ciencia y la tecnología. Sin ese golpe militar, mi país no tendría la herida abierta que lo sigue remeciendo hasta sus cimientos, aunque a ratos no parezca. Sin ese golpe militar, mi país habría seguido avanzando hacía más profundos estados de justicia social y no sería hoy el país latinoamericano con mayor brecha entre ricos y pobres, además de la peor distribución del ingreso de la región. Sin ese golpe militar, mi país sería más ético y estético”.


Patricia Verdugo, entrevista a El Clarín, noviembre de 2006



El lunes cuando estaba a punto de salir de mi casa por la mañana, me enteré de la muerte de Patricia Verdugo. Tuve que sentarme un rato en la cama, porque la noticia me tomó muy por sorpresa, no sabía que estaba enferma.


De inmediato llamé a mi mamá, con una que otra lágrima, para contarle, y su reacción fue muy similar a la mía, de sorpresa y de pena porque había partido esta mujer tan valiente, que divulgó el secreto a voces de los detenidos desaparecidos, que relató el macabro tour de la Caravana de la Muerte y el asesinato de André Jarlan en La Victoria, entre muchos otros tristes episodios de la época oscura.


Ese día anduve triste por ella, y con rabia también, porque Chile debió haberse detenido de la misma forma, e incluso más, que cuando se murió Jota Eme. Me dio rabia pensar cómo la gente sucumbe ante los discursos sensibleros y es manipulada por los medios de comunicación.


Me enojé con mis colegas también, como si ya a nadie le importara de verdad la magnitud del aporte de Patricia Verdugo. Y por esos que se pasean como reyes de la democracia, sin reconocer que obras como la de esta periodista fueron las que se incrustaron como termitas en las maderas de la Dictadura, pulverizando de adentro hacia afuera, de a poco, instalando conciencia, rumoreando verdades.


Por último, Patricia Verdugo es quizás la superventas número uno de Chile, mucho más que Isabel Allende, si alguien pudiera medir efectivamente cuántos ejemplares de Los Zarpazos del Puma se vendieron clandestinamente.


Recuerdo que una vez ella fue a la Escuela, y yo aproveché para que me firmara mi libro "Operación Siglo XX", sobre el atentado a Pinochet. Recuerdo incluso que ese libro lo llevé a los trabajos voluntarios, y en las tres semanas que estuvimos ahí, varios de mis compañeros lo leyeron (Ah! Ray Bradbury, que acto más subversivo es la lectura!).


Esa vez en la Escuela de Periodismo, fue para mí un orgullo estar cerca de ella y percibir ese coraje que sólo tienen las mujeres cuando dedican su vida a una causa. Después, cuando leí Bucarest 187, entendí que esa lucha partía de su propia experiencia como hija de una víctima de la violencia política (su padre murió a causa de las torturas).


Pero además, ella encarnaba esa característica que cada vez es más difícil encontrar en las nuevas generaciones (y me incluyo). A ella le dolía su país. No sólo porque lo que pasó tocó tragicamente su propio destino, sino porque le dolía ver lo que estaba sucediendo y cómo los ideales, propios y colectivos, eran sepultados por el terror y el miedo. Y por eso, agarró una pequeña pala y lentamente al principio, con más fuerza después, pero siempre con los mismos bríos, fue sacando puñados de oscuridad, dificultosamente.


Hace unos días, alguien me decía que a los 50 años, cuando tuviera su vida más resuelta, iba a dedicarse a la Revolución. Yo creo que cuando uno separa su vida de lo que acontece de su país, pierde el sentido de Utopía. No es un interruptor que se encienda y apague, los ideales no son individuales, van entrelazados con la multitud. Somos gregarios, somos una cadena.


Patricia Verdugo entendía eso, lo personificaba, al igual que mucha otra gente que luchó entonces y después. Por eso este pequeño homenaje a su fuerza y valor, para mantener en la memoria su presencia.

domingo, 13 de enero de 2008

ADIÓS

Chau número tres



Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.

Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
seguro sin seguro.

Te dejo frente al mar
descifrándote solo
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota.

Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía.

Pero tampoco creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas
este falso abandono.

Estaré donde menos
lo esperes
por ejemplo
en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.

Estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra.

Estaré repartida
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.

Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
M.B.

sábado, 5 de enero de 2008

CONVIDADOS DE PIEDRA


Tengo convidados de piedra en mi casa. Hace un tiempo apareció un gato ladrón que entraba subrepticiamente a robarse la comida de mis gatas. El felino comenzó a engordar y engordar, hasta que de repente, la Leti me dijo que parece que no era por la comida, sino que era una gata y estaba preñada.

¡Horror de horrores! Era verdad, y parece que tuvo a sus gatitos y los mantenía en el estero contiguo a mi casa. Pero, como las hembras en todas las especies somos ante todo prácticas frente a la adversidad, la gata no encontró nada mejor que traerse a sus gatitos al techo del cuarto que usamos para guardar los cachureos.

Y ahí están los cuatro cachorritos, se asoman de repente, cuando el sol ya no da directo en el techo, y juegan y maúllan felices. El problema es que no hemos podido sacarlos, porque cuando sienten que un humano se acerca demasiado, se esconden hábilmente debajo de las planchas de pizarreño.

Así que de repente la presencia gatuna aumentó de dos a ¡siete!, y no sé qué cresta hacer. Mi corazón se está ablandando peligrosamente, pero mi bolsillo no da abasto para tanto felino. Igual es entretenido estar en el comedor y verlos asomarse de pronto, pobres inocentes, sin saber que son tan mal recibidos.

Lo terrible va a ser cuando aprendan a bajarse del techo e intenten entrar a mi casa... Además porque me voy a transformar en una vieja solterona llena de gatos, así que ya estoy buscando las pantuflas, los ondulines y el delantal para parecerme a doña Florinda.

viernes, 4 de enero de 2008

2008

2008 es una nueva página en blanco... y a mí me gusta la idea de que todo puede pasar en el futuro, de que el destino entrega múltiples combinaciones.

No me imagino ahora lo que puede pasar, la verdad es que veo las cosas bastante negras en este minuto, me siento forzada a cerrar una opción que yo creía válida, pero haciendo un análisis duro y descarnado, eso jamás va a pasar, porque llegué tarde.

Quiero concentrarme este año en el Cristóbal, en mi tesis, en reordenar este caos y estabilizar mis emociones. Quiero encontrar a alguien que me acoja, que me entienda y me de seguridad, o de lo contrario, prefiero mil veces estar sola aunque me pase, como ahora, que sienta esta urgencia por un abrazo y un beso.

Tenía razón el tarot, en que ahora soy igual que un carrusel. En un minuto me siento dichosa, linda, segura, y de pronto algo pasa que creo que nada bueno hay para mí y que no merezco ni valgo nada.

Quiero llorar y no puedo, quiero reir y me sale una mueca. Pero al final, sigo pensando que todo esto vale la pena y que hay que echarle para adelante, porque la vida da tantas vueltas...