miércoles, 12 de agosto de 2009

ESTA NOCHE LLUEVEN DESEOS DE LAS PERSEIDAS


Esta noche llueven deseos de las Perseidas. Las lágrimas de San Lorenzo se desparraman por el cielo. Me siento en mi balcón, ya es un acto cotidiano. Aprovechar y disfrutar mis momentos de soledad se ha vuelto una viciosa constante.


La geografía y el clima no me dejan disfrutar “este espectáculo natural” del que hablan los medios. Pero sobre el colchón de nubes los meteoritos caen, y mi piel que está hecha, como la de todos, de material cósmico, los percibe viajando en su libre caída por el cielo.


Me imagino a las personas que alrededor del mundo están o han estado en estos días estudiando, disfrutando, aprehendiendo este fenómeno. ¿Cuántos deseos se han lanzado al espacio? Agrego los míos, aunque las Perseidas mezquinas no me dejen apreciarlas. Envío uno, dos, tres, cuatro anhelos.


Juego, combino pensamientos. Si tuviera un poco más de este sentimiento a diario, quizás la nostalgia pasaría más lejos y no me toparía. Pido cuatro deseos, y el último lo encierro en un círculo de humo de cigarro.


Esta noche llueven deseos de las Perseidas, y pienso cómo esos pedacitos de cielo no van a cumplir mis cuatro deseos.

jueves, 6 de agosto de 2009

LOS PEQUEÑOS PLACERES DE LA VIDA


Esta semana he estado muy feliz porque me gané una beca que financia medio Magíster y mi pega me auspicia con el resto. De verdad, creo que en mis casi 10 años de vida laboral (ufff…. casi me deprimo un minuto, jaja) nunca había tenido un reconocimiento tan grande.

A raíz de esto, me puse a pensar en todas esas cosas cotidianas que me hacen feliz. En los pequeños placeres y coincidencias que da la vida y que llegan justo cuando una los necesita. Y se me ocurrieron varios (sin orden de precedencia):

- Subir a una micro de vuelta de la pega y que quede justo el último asiento vacío

- Pensar que me el chocolate se acabó y descubrir que entre los pliegues del papel queda un cuadradito

- En la misma, creer que los cigarros se acabaron y descubrir que queda uno todo maltrecho pero aún sobreviviente

- Apuntar la lluvia de la ducha directo al pecho en la mañana, para sentir que se me entibia el corazón

- Un piropo bien dicho en la calle justo cuando la autoestima ralea

- Sentir una mirada cómplice en medio de una multitud

- Que hayan papas fritas de almuerzo/comida

- El corte de pelo tal y como lo querías (las mujeres entienden, es difícil a veces)

- Lo que me lleva a: comprar ropa o zapatos y descubrir al pagar que están rebajados en un 70%

- Sentir el aliento del peque cuando duerme (costumbre que agarré desde el primer momento en que lo tomé en brazos)

- Alcanzar el ascensor justo cuando se está cerrando

- Que el médico te regale muestras de ese remedio tan caro y no sea necesario comprarlo

- Llamar a una amiga y que te diga “estaba marcando el teléfono para llamarte” (con los amigos de verdad, una sabe que esa frase no es sólo buena educación)

- Recordar las aventuras y desventuras de las Danielas en la U

- Reírme con la Sole por el “yo nunca, nunca”

- Ir al cine sola

- Bailar toda la noche hasta desarmarse

- Los ataques de risa, por inoportunos que sean

- Una conversación entretenida

- Discutir tonteras y dejar a alguien callado con un argumento irrebatible (lo reconozco, es un placer atroz de soberbio)

¿A alguien se le ocurre otro más?

domingo, 2 de agosto de 2009

NO ESTOY EN FACEBOOK... Y HE SOBREVIVIDO


Hace un par de semanas tomé una decisión de sanidad mental… me salí de Facebook por un rato. Y aunque me dije que iba a ser sólo por un par de semanas, ese plazo ya se cumplió, y como que no me dan ganas de volver.


He tenido un poco de síndrome de abstinencia, es cierto. Echo de menos eso de andar fisgoneando las fotos de otros, los estados, los enlaces… Me había acostumbrado a subir canciones según mi estado de ánimo, a jugar con los Body Pocket y a actualizar mi propio estado, esperando que alguien me lo comentara.


Pero debo reconocer que mi productividad laboral ha aumentado. Lo que ha bajado es la cantidad de correos que me llegan, por eso de las notificaciones. Lo chistoso ha sido la reacción de la gente. Algunos han pensado que los eliminé. Otros, se han aventurado en extrañas razones por las cuales podría haberme salido de esta red social.


Hoy por ejemplo, me llamó una tía, para preguntarme qué me pasaba, que mis primos creían que los había eliminado…


Y debo reconocer, con un dejo de modestia, que algunas personas me han dicho que mi perfil era entretenido… razón que me hace pensar que volveré luego, porque a ratos lo echo mucho de menos.


Es chistoso que tomar una decisión así pueda ser tan revolucionario, pero al final, pasamos tanto rato conectados a esta cuestioncita, que de verdad se confunde realidad con ciberespacio.