sábado, 30 de mayo de 2009

UN LIBRE RECUERDO

Estamos sentados en el balcón de un departamento, en un viejo barrio diplomático. El horizonte se desgrana en relámpagos, pero en el más acá el clima está húmedo y caluroso.


La cerveza que sacamos congelada del refrigerador hace quince minutos ya se está derritiendo en el viaje que hace entre el vaso y nuestras bocas. Hay olor a tabaco y ritmo de bongó, parece que siempre hay alguien jugando con ese instrumento en alguna parte.


Estoy disfrutando este momento, porque somos libres y la libertad nos hace felices a los dos, es tu impronta y la mía. No puedo recordar la conversación, pero sé que debe ser sobre los detalles de la jornada, un coqueteo encubierto que cada vez se hace más patente...


Somos como niños disfrutando de esta escapada, ajenos a las obligaciones, con toda la vida por delante, sin medir las consecuencias. Nos espera un largo trayecto antes del reencuentro, pero la complicidad no se fue nunca, y ahí está en cada conversación futura.


No quiero compartir tu vida, no quieres compartir la mía. No nos interesa la rutina, supongo, sino estos viajes furtivos, presente tras presente, como puntos que unen una línea.


No puedo olvidar tu olor, sé que no olvidas mi vestido, y ese lugar tan nuestro, pequeñito-pequeñito, que ha logrado sobrevivir agazapado en los recuerdos.


Mira cómo nos marcó ese lugar, que yo sigo escribiendo de él y tú lo convertiste en tu destino… en otra geografía, es cierto, pero recreando de alguna manera esa libertad gozosa que alcanzamos por un rato.


No puedo sino esperar con impaciencia nuestro próximo encuentro…

domingo, 17 de mayo de 2009

ADIOS A BENEDETTI


Ha partido... como dijo Saramago, quedaba esa ingenuidad de pensar que lo inevitable se puede posponer... Me gustaría partir a  Uruguay ahora mismo, me habaría gustado haber viajado antes, para sentarme en su café predilecto y haber conversado con él de aquellas cotidianeidades que él transformó en poesía, en cuentos, en novelas, en crónicas...

Tenía cosas qué decirle... Por ejemplo cómo gocé con el juego de pronombres en Los formales y el frío... que la historia de Colorín Colorado por esas cosas de la vida la conocí no sólo gracias al poema, sino a que una amiga conoció de esos niños... que intento que No te salves sea mi bandera de lucha, y que Primavera con una esquina rota me hizo entender que la vida de pronto es jodida porque sí. 

Le agradecería por ese bello poema musicalizado por Isabel Parra que es Te Quiero... por La Tregua, por el Sexo de los Ángeles y por ironías como Su Amor no era Sencillo...

Cuando mi hermana me llamó hoy para contarme que se había ido, sentí una pérdida parecida a cuando se va una persona que ha vivido y sabido de tus vicisitudes, de tus logros, que ha compartido parte de tu camino... Quizás como un abuelo sabio, irónico, que hizo de la vida cotidiana y de las palabras simples la mejor de las poesías. 

No puedo evitar derramar mis lágrimas por Mario Benedetti, y me cuesta entender que el mundo no se haya detenido como un homenaje a su obra, a sus palabras. 

Pero al menos yo trato de hacerle un homenaje esta noche, mientras escribo, porque gracias a él intentaré no quedarme al borde del camino.