lunes, 21 de septiembre de 2009

¿CUÁL ES EL ROL DE UN PERIODISTA EN LA ERA DIGITAL?

En la búsqueda de distintos puntos de vista para escribir este trabajo, en la semana conversé con muchos colegas periodistas para que me dieran su opinión sobre cuál es el rol que debe tener nuestra profesión en la Web 2.0. Y me quedé con la impresión de que aún como gremio no logramos dar el salto hacia este nuevo paradigma.


Muchos compañeros de trabajo aún no aceptan el llamado periodismo ciudadano como una opción tan válida, si se hace con seriedad, como el oficio de aquellos que pasan por una universidad y escriben con el diploma colgado en alguna pared de su casa u oficina.


Es cierto, los que pasamos por una escuela de periodismo hemos adquirido conocimientos sistematizados que sin duda nos ayudan a escribir mejor. Sabemos redacción, aprendimos a estructurar la información de acuerdo a los géneros informativo, interpretativo y de opinión, incluso ahondamos en la Teoría de la Comunicación y adquirimos conocimiento de historia, economía, filosofía, etcétera.


Pero definitivamente, nadie nos preparó para esta revolución de los Social Media, o redes sociales creadas a través de Internet, en que las personas interactúan, sin importar la distancia física en que se encuentren, unidos por intereses comunes. Lo conversábamos el otro día con una amiga, tomándonos un café. Ella es periodista y académica en la Universidad Católica de Valparaíso. Y posee un creciente currículum en epistemología de la comunicación.


Pero tanto desde su perspectiva, inserta en una Escuela de Periodismo, como desde la mía, como ex alumna y profesional que ha debido aprender sobre la marcha el uso de las Tecnologías de la Información, comentábamos qué retrasada se ha quedado la academia.


Le conté de este artículo, donde Richard Sine, columnista de The Huffington Post, hace una fuerte crítica a las escuelas de periodismo y pide que se cierren, porque realmente no son necesarias o no entregan las competencias adecuadas para la formación profesional.


No es sólo que no haya un curso específico donde a los estudiantes les enseñen cómo usar Twitter, Facebook o cualquier red social para interactuar en un nivel que sea útil para la profesión, más allá del agrado de estar conectados con mucha gente que hace tiempo no veían, comentar fotos o actualizaciones de estado, y de cualquier otro uso personal.


El cambio que se está dando pasa por la aparición de este nuevo paradigma, en que la Web 2.0 es una extensión comunicativa del hombre. Quizás no haga mal recordar al viejo Marshall McLuhan, y su frase “el medio es el mensaje”.

Si, como él postulaba, los medios son las extensiones del hombre (y de la mujer), hoy las TIC’s son más que nunca prolongaciones de nuestra habilidad comunicativa. Medios fríos o medios cálidos, cada usuario tiene la facultad de apropiarse de ellos, de acceder a un blog, editar y subir un video, en fin, de generar contenido y lograr la reacción de los visitantes, en una retroalimentación que puede enriquecer, modificar o incluso anular la información publicada.


Vuelvo a la pregunta del principio. ¿Qué rol le cabe al periodista hoy? A propósito del Manifiesto de Internet, publicado por unos periodistas alemanes hace poco tiempo, se me ocurren algunas ideas.


Pero antes, relato un hecho que quisiera llamar anécdota, pero que en realidad es una ululante alarma para el gremio. La semana pasada, un tuitero publicó un enlace del sitio www.periodistadigital.com, donde se pedía redactores y colaboradores entre otros cargos. Algunas de las competencias que se solicitaban eran el manejo de las TIC’s, haber pasado por la universidad, conocimiento del inglés… PERO NO SE NECESITABA TÍTULO DE PERIODISTA, como especifica el anuncio en un recuadro al lado de la nota principal.


Si ya ni siquiera se necesita el título de periodista, entonces, nuevamente… ¿cuál es nuestro rol? A propósito del Manifiesto de Internet y de las conversaciones sostenidas con varios colegas, creo que algunos de nuestros deberes para enfrentar este nuevo paradigma de la conexión permanente, tienen que ver con:


  • Perder el miedo. Tal como la curiosidad para descubrir historias es una cualidad valiosa y necesaria para los periodistas, la exploración de los Social Media; de las herramientas digitales y widgets, y de todas las posibilidades que entrega el mundo digital para mejorar nuestra entrega informativa es un deber. Hay que perder el miedo a las TIC’s y comprender que su uso es un valioso aporte a nuestra profesión.
  • Actualización permanente. Perder el miedo lleva a la actualización permanente, a buscar, conocer, probar; a leer en la Web sobre los nuevos avances, tecnologías y teorías. Así como a diario se revisan las pautas noticiosas, es necesario generar un recorrido tanto de temas digitales como de todos aquellos que nos interesan y sirven para nuestro trabajo. La web es un mar inconmensurable de información, no en vano el verbo clave es navegar.
  • Retroalimentarse y validar a nuestros lectores. De las conversaciones con mis colegas, lo que más rescato es que aún existe una visión paternalista y unidireccional de nuestra audiencia. Sin embargo, funcionar con la lógica del nuevo paradigma de las TIC’s implica comprender que la información que le aportemos a nuestros usuarios va a generar comentarios, idealmente en el espacio que nuestro propio medio o sitio genere para ellos, y ojalá también el reposteo en redes sociales. Los comentarios de las personas, en la mayoría de las veces, van a enriquecer nuestra información. Hoy más que nunca podemos como periodistas generar debate y enriquecernos de la discusión, gracias al nuevo tipo de audiencia, como explica el periodista Pablo Mancini.
  • Trabajar en red. Aprender a utilizar la Inteligencia Colectiva y el Crowdsourcing son los pasos siguientes. Saber escuchar a nuestros lectores, tender redes de trabajo con nuestros colegas y con profesionales de distintas áreas a través de la Web, es una característica imprescindible para el perfil del nuevo periodista. Generar entramados de conocimiento, compartir información, descubrir nuevas tendencias, son algunos beneficios de este sistema.

Finalmente, después de todas estas reflexiones, no creo que el rol del periodista haya cambiado excesivamente desde los medios impresos a los digitales. Creo que su deber es el mismo: informar y dar sentido a la realidad que nos rodea.


Los periodistas siempre hemos sido prosumidores, es decir, productores y consumidores constantes de información. Eso no ha cambiado, sino más bien, la tecnología ha acentuado la posibilidad de exacerbar esa característica. Me gustaría pensar, desde ese punto de vista, que no estamos en extinción, como nos enrostró Alejandro Piscitelli. Creo que lo que debemos hacer es dar el salto y apropiarnos de este nuevo paradigma, de la conexión constante y la reciprocidad permanente en el mundo digital.