domingo, 3 de enero de 2010

Propósitos 2010



- No decir “Te quiero” a la ligera (pero decirlo, en 2009 no lo hice, en 2008 lo hice demasiado)
- No aguantar la risa pero contener un poco más las lágrimas (aunque no mucho, porque se aprieta el pecho y es peor)
- Viajar, cambiar de aire de vez en cuando (mi gran deuda de este año)
- Llevar una bitácora (una libreta, no un blog, para anotar cosas prácticas y otras no tanto)
- Pasar más tiempo con el Peque y reírnos mucho
- No guardarme respuestas, pero evitar las palabras venenosas
- Templanza, por favor, mucha templanza

lunes, 21 de septiembre de 2009

¿CUÁL ES EL ROL DE UN PERIODISTA EN LA ERA DIGITAL?

En la búsqueda de distintos puntos de vista para escribir este trabajo, en la semana conversé con muchos colegas periodistas para que me dieran su opinión sobre cuál es el rol que debe tener nuestra profesión en la Web 2.0. Y me quedé con la impresión de que aún como gremio no logramos dar el salto hacia este nuevo paradigma.


Muchos compañeros de trabajo aún no aceptan el llamado periodismo ciudadano como una opción tan válida, si se hace con seriedad, como el oficio de aquellos que pasan por una universidad y escriben con el diploma colgado en alguna pared de su casa u oficina.


Es cierto, los que pasamos por una escuela de periodismo hemos adquirido conocimientos sistematizados que sin duda nos ayudan a escribir mejor. Sabemos redacción, aprendimos a estructurar la información de acuerdo a los géneros informativo, interpretativo y de opinión, incluso ahondamos en la Teoría de la Comunicación y adquirimos conocimiento de historia, economía, filosofía, etcétera.


Pero definitivamente, nadie nos preparó para esta revolución de los Social Media, o redes sociales creadas a través de Internet, en que las personas interactúan, sin importar la distancia física en que se encuentren, unidos por intereses comunes. Lo conversábamos el otro día con una amiga, tomándonos un café. Ella es periodista y académica en la Universidad Católica de Valparaíso. Y posee un creciente currículum en epistemología de la comunicación.


Pero tanto desde su perspectiva, inserta en una Escuela de Periodismo, como desde la mía, como ex alumna y profesional que ha debido aprender sobre la marcha el uso de las Tecnologías de la Información, comentábamos qué retrasada se ha quedado la academia.


Le conté de este artículo, donde Richard Sine, columnista de The Huffington Post, hace una fuerte crítica a las escuelas de periodismo y pide que se cierren, porque realmente no son necesarias o no entregan las competencias adecuadas para la formación profesional.


No es sólo que no haya un curso específico donde a los estudiantes les enseñen cómo usar Twitter, Facebook o cualquier red social para interactuar en un nivel que sea útil para la profesión, más allá del agrado de estar conectados con mucha gente que hace tiempo no veían, comentar fotos o actualizaciones de estado, y de cualquier otro uso personal.


El cambio que se está dando pasa por la aparición de este nuevo paradigma, en que la Web 2.0 es una extensión comunicativa del hombre. Quizás no haga mal recordar al viejo Marshall McLuhan, y su frase “el medio es el mensaje”.

Si, como él postulaba, los medios son las extensiones del hombre (y de la mujer), hoy las TIC’s son más que nunca prolongaciones de nuestra habilidad comunicativa. Medios fríos o medios cálidos, cada usuario tiene la facultad de apropiarse de ellos, de acceder a un blog, editar y subir un video, en fin, de generar contenido y lograr la reacción de los visitantes, en una retroalimentación que puede enriquecer, modificar o incluso anular la información publicada.


Vuelvo a la pregunta del principio. ¿Qué rol le cabe al periodista hoy? A propósito del Manifiesto de Internet, publicado por unos periodistas alemanes hace poco tiempo, se me ocurren algunas ideas.


Pero antes, relato un hecho que quisiera llamar anécdota, pero que en realidad es una ululante alarma para el gremio. La semana pasada, un tuitero publicó un enlace del sitio www.periodistadigital.com, donde se pedía redactores y colaboradores entre otros cargos. Algunas de las competencias que se solicitaban eran el manejo de las TIC’s, haber pasado por la universidad, conocimiento del inglés… PERO NO SE NECESITABA TÍTULO DE PERIODISTA, como especifica el anuncio en un recuadro al lado de la nota principal.


Si ya ni siquiera se necesita el título de periodista, entonces, nuevamente… ¿cuál es nuestro rol? A propósito del Manifiesto de Internet y de las conversaciones sostenidas con varios colegas, creo que algunos de nuestros deberes para enfrentar este nuevo paradigma de la conexión permanente, tienen que ver con:


  • Perder el miedo. Tal como la curiosidad para descubrir historias es una cualidad valiosa y necesaria para los periodistas, la exploración de los Social Media; de las herramientas digitales y widgets, y de todas las posibilidades que entrega el mundo digital para mejorar nuestra entrega informativa es un deber. Hay que perder el miedo a las TIC’s y comprender que su uso es un valioso aporte a nuestra profesión.
  • Actualización permanente. Perder el miedo lleva a la actualización permanente, a buscar, conocer, probar; a leer en la Web sobre los nuevos avances, tecnologías y teorías. Así como a diario se revisan las pautas noticiosas, es necesario generar un recorrido tanto de temas digitales como de todos aquellos que nos interesan y sirven para nuestro trabajo. La web es un mar inconmensurable de información, no en vano el verbo clave es navegar.
  • Retroalimentarse y validar a nuestros lectores. De las conversaciones con mis colegas, lo que más rescato es que aún existe una visión paternalista y unidireccional de nuestra audiencia. Sin embargo, funcionar con la lógica del nuevo paradigma de las TIC’s implica comprender que la información que le aportemos a nuestros usuarios va a generar comentarios, idealmente en el espacio que nuestro propio medio o sitio genere para ellos, y ojalá también el reposteo en redes sociales. Los comentarios de las personas, en la mayoría de las veces, van a enriquecer nuestra información. Hoy más que nunca podemos como periodistas generar debate y enriquecernos de la discusión, gracias al nuevo tipo de audiencia, como explica el periodista Pablo Mancini.
  • Trabajar en red. Aprender a utilizar la Inteligencia Colectiva y el Crowdsourcing son los pasos siguientes. Saber escuchar a nuestros lectores, tender redes de trabajo con nuestros colegas y con profesionales de distintas áreas a través de la Web, es una característica imprescindible para el perfil del nuevo periodista. Generar entramados de conocimiento, compartir información, descubrir nuevas tendencias, son algunos beneficios de este sistema.

Finalmente, después de todas estas reflexiones, no creo que el rol del periodista haya cambiado excesivamente desde los medios impresos a los digitales. Creo que su deber es el mismo: informar y dar sentido a la realidad que nos rodea.


Los periodistas siempre hemos sido prosumidores, es decir, productores y consumidores constantes de información. Eso no ha cambiado, sino más bien, la tecnología ha acentuado la posibilidad de exacerbar esa característica. Me gustaría pensar, desde ese punto de vista, que no estamos en extinción, como nos enrostró Alejandro Piscitelli. Creo que lo que debemos hacer es dar el salto y apropiarnos de este nuevo paradigma, de la conexión constante y la reciprocidad permanente en el mundo digital.

miércoles, 12 de agosto de 2009

ESTA NOCHE LLUEVEN DESEOS DE LAS PERSEIDAS


Esta noche llueven deseos de las Perseidas. Las lágrimas de San Lorenzo se desparraman por el cielo. Me siento en mi balcón, ya es un acto cotidiano. Aprovechar y disfrutar mis momentos de soledad se ha vuelto una viciosa constante.


La geografía y el clima no me dejan disfrutar “este espectáculo natural” del que hablan los medios. Pero sobre el colchón de nubes los meteoritos caen, y mi piel que está hecha, como la de todos, de material cósmico, los percibe viajando en su libre caída por el cielo.


Me imagino a las personas que alrededor del mundo están o han estado en estos días estudiando, disfrutando, aprehendiendo este fenómeno. ¿Cuántos deseos se han lanzado al espacio? Agrego los míos, aunque las Perseidas mezquinas no me dejen apreciarlas. Envío uno, dos, tres, cuatro anhelos.


Juego, combino pensamientos. Si tuviera un poco más de este sentimiento a diario, quizás la nostalgia pasaría más lejos y no me toparía. Pido cuatro deseos, y el último lo encierro en un círculo de humo de cigarro.


Esta noche llueven deseos de las Perseidas, y pienso cómo esos pedacitos de cielo no van a cumplir mis cuatro deseos.

jueves, 6 de agosto de 2009

LOS PEQUEÑOS PLACERES DE LA VIDA


Esta semana he estado muy feliz porque me gané una beca que financia medio Magíster y mi pega me auspicia con el resto. De verdad, creo que en mis casi 10 años de vida laboral (ufff…. casi me deprimo un minuto, jaja) nunca había tenido un reconocimiento tan grande.

A raíz de esto, me puse a pensar en todas esas cosas cotidianas que me hacen feliz. En los pequeños placeres y coincidencias que da la vida y que llegan justo cuando una los necesita. Y se me ocurrieron varios (sin orden de precedencia):

- Subir a una micro de vuelta de la pega y que quede justo el último asiento vacío

- Pensar que me el chocolate se acabó y descubrir que entre los pliegues del papel queda un cuadradito

- En la misma, creer que los cigarros se acabaron y descubrir que queda uno todo maltrecho pero aún sobreviviente

- Apuntar la lluvia de la ducha directo al pecho en la mañana, para sentir que se me entibia el corazón

- Un piropo bien dicho en la calle justo cuando la autoestima ralea

- Sentir una mirada cómplice en medio de una multitud

- Que hayan papas fritas de almuerzo/comida

- El corte de pelo tal y como lo querías (las mujeres entienden, es difícil a veces)

- Lo que me lleva a: comprar ropa o zapatos y descubrir al pagar que están rebajados en un 70%

- Sentir el aliento del peque cuando duerme (costumbre que agarré desde el primer momento en que lo tomé en brazos)

- Alcanzar el ascensor justo cuando se está cerrando

- Que el médico te regale muestras de ese remedio tan caro y no sea necesario comprarlo

- Llamar a una amiga y que te diga “estaba marcando el teléfono para llamarte” (con los amigos de verdad, una sabe que esa frase no es sólo buena educación)

- Recordar las aventuras y desventuras de las Danielas en la U

- Reírme con la Sole por el “yo nunca, nunca”

- Ir al cine sola

- Bailar toda la noche hasta desarmarse

- Los ataques de risa, por inoportunos que sean

- Una conversación entretenida

- Discutir tonteras y dejar a alguien callado con un argumento irrebatible (lo reconozco, es un placer atroz de soberbio)

¿A alguien se le ocurre otro más?

domingo, 2 de agosto de 2009

NO ESTOY EN FACEBOOK... Y HE SOBREVIVIDO


Hace un par de semanas tomé una decisión de sanidad mental… me salí de Facebook por un rato. Y aunque me dije que iba a ser sólo por un par de semanas, ese plazo ya se cumplió, y como que no me dan ganas de volver.


He tenido un poco de síndrome de abstinencia, es cierto. Echo de menos eso de andar fisgoneando las fotos de otros, los estados, los enlaces… Me había acostumbrado a subir canciones según mi estado de ánimo, a jugar con los Body Pocket y a actualizar mi propio estado, esperando que alguien me lo comentara.


Pero debo reconocer que mi productividad laboral ha aumentado. Lo que ha bajado es la cantidad de correos que me llegan, por eso de las notificaciones. Lo chistoso ha sido la reacción de la gente. Algunos han pensado que los eliminé. Otros, se han aventurado en extrañas razones por las cuales podría haberme salido de esta red social.


Hoy por ejemplo, me llamó una tía, para preguntarme qué me pasaba, que mis primos creían que los había eliminado…


Y debo reconocer, con un dejo de modestia, que algunas personas me han dicho que mi perfil era entretenido… razón que me hace pensar que volveré luego, porque a ratos lo echo mucho de menos.


Es chistoso que tomar una decisión así pueda ser tan revolucionario, pero al final, pasamos tanto rato conectados a esta cuestioncita, que de verdad se confunde realidad con ciberespacio.

martes, 16 de junio de 2009

ESA ABSURDA VIDA COTIDIANA


Entro a la cocina y veo la ruma de loza en el lavaplatos... Me dispongo a lavarlos, pero antes, me voy al baño a prender el calefont. Traspaso la puerta del baño y veo la toalla húmeda aún sobre la lavadora. La agarro y me voy al balcón para colgarla. En el tendedero está, ya seco, un polerón del peque. Cuelgo la toalla, descuelgo la otra prenda y la llevo a la pieza del enano. Sobre la cama, está la bolsa con sus zapatillas nuevas que aún no he desempacado. Las saco y las guardo en el closet, y agarro los papeles y la caja para llevarlos a la basura. Vuelvo a la cocina, los echo al basurero, que ya está lleno. Entonces saco la bolsa, la amarro y la dejo en al puerta de entrada. Abro la despensa, para sacar una bolsa nueva, y se me caen los sobres de jugo. Los recojo, ordeno un poco las menestras (!) y aparece una araña!!! Corro a buscar toalla nova y aracnicida... batallo un rato, convenciéndome que no me va a saltar encima el monstruo aquel... por fin mato a la indeseable y corro a echarla al basurero... pero aún no he puesto la bolsa, así que vuelvo a la despensa toda recelosa, saco la bendita bolsa y la pongo en el basurero, y echo con desdén a la bicha aquella. Entonces me doy vuelta y enfrento nuevamente la ruma de platos. Me resigno y abro la llave para lavar los trastos... pero el agua sale fría... así que me voy al baño a prender el calefont...

sábado, 30 de mayo de 2009

UN LIBRE RECUERDO

Estamos sentados en el balcón de un departamento, en un viejo barrio diplomático. El horizonte se desgrana en relámpagos, pero en el más acá el clima está húmedo y caluroso.


La cerveza que sacamos congelada del refrigerador hace quince minutos ya se está derritiendo en el viaje que hace entre el vaso y nuestras bocas. Hay olor a tabaco y ritmo de bongó, parece que siempre hay alguien jugando con ese instrumento en alguna parte.


Estoy disfrutando este momento, porque somos libres y la libertad nos hace felices a los dos, es tu impronta y la mía. No puedo recordar la conversación, pero sé que debe ser sobre los detalles de la jornada, un coqueteo encubierto que cada vez se hace más patente...


Somos como niños disfrutando de esta escapada, ajenos a las obligaciones, con toda la vida por delante, sin medir las consecuencias. Nos espera un largo trayecto antes del reencuentro, pero la complicidad no se fue nunca, y ahí está en cada conversación futura.


No quiero compartir tu vida, no quieres compartir la mía. No nos interesa la rutina, supongo, sino estos viajes furtivos, presente tras presente, como puntos que unen una línea.


No puedo olvidar tu olor, sé que no olvidas mi vestido, y ese lugar tan nuestro, pequeñito-pequeñito, que ha logrado sobrevivir agazapado en los recuerdos.


Mira cómo nos marcó ese lugar, que yo sigo escribiendo de él y tú lo convertiste en tu destino… en otra geografía, es cierto, pero recreando de alguna manera esa libertad gozosa que alcanzamos por un rato.


No puedo sino esperar con impaciencia nuestro próximo encuentro…