viernes, 21 de marzo de 2008



Qué horror, me desperté a media noche plenamente consciente de que no importa lo que haga, lo que sufra, lo que goce, el tiempo que pase, las cosas que viva... me voy a morir igual.

3 comentarios:

lahijadejipa dijo...

la gracia no es saber que uno se va a morir igual, la gracia es saber que uno ha hecho todo lo posible por Vivir de la manera más consecuente y no dejando de hacer nada.........no hay que tener miedo, hay que darle no mas...........

Pipablues dijo...

Mientras la certeza de la muerte no te paralice, todo bien....

Miguel Vásquez dijo...

Míralo de esta manera.
Cuando dejes este mundo se te van a presentar dos variables, Dios existe o no existe, si no existe va ocurrir lo mismo que cuando te duermes, de pronto ¡chao! y no tienes tiempo de pensar en algo. Ahora, si Dios existe se te presentan otras dos variables, el cielo o el infierno. Si te vas al cielo imagínatelo como las ilustraciones del Atalaya (o cualquiera de esas revistas), en medio del campo, entre gente de todas las razas, en un picnic comiéndote una manzana con una china, un negro, y un anglozajón, y sin olvidar el marco natural, rodeado de leones, jirafas y tigres sonriendo. Pero si llegas al infierno, no debieras sentirte mal, allí te vas a encontrar con muchos amigos con los cuales puedes divertirte mucho, sin olvidar que allí debiera estar gente como Tito Puente, Hemingway, casi todos los de Buena Vista Social Club, Celia Cruz, el Che y Elvis, entre otros mil etcéteras.