viernes, 28 de diciembre de 2007

Hoy día me cayó la teja del Año Nuevo, con las noticias dándole como bombo en fiesta a las celebraciones, a los fuegos artificiales, a la alegría.... Este año me siento obligada a celebrar, cuando por fin estoy acusando el golpe de las decisiones que tomé. Lo que más me duele es no pasarlo con el Cristóbal, pero es una opción que ya elegí.

Esta es una etapa para elaborar propósitos, se cierra un ciclo y comienza otro. Mi principal objetivo es entender que tengo no ya el derecho, sino el deber de ser feliz, y que para tomar ese sendero, hay elecciones que tengo que hacer que en el intertanto me van a causar mucha tristeza. Pero, apelando a mi tan alabada fortaleza, tendré que encararlo todo de frente y sin mirar para atrás.

Porque estoy segura que lo que hoy me va a doler, a la hora del balance va a ser para mejor. Eso incluye dejar ir una posibilidad que había anhelado tanto, tanto tiempo, pero que hoy, tal como está la situación, no es el mejor camino para mí.

Quiero que este tiempo pase rápido, recordarlo después y sentir que fue lo mejor, que cimentó un futuro sólido, del que pueda sentirme orgullosa. No quiero mirar para atrás y sentir horror de lo que hice con mi vida.

Ese es mi propósito 2008, sentar las bases de lo que sea que venga para adelante, para que sea sano y sobre todo que me haga sentido, lograr la Felicidad.

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