viernes, 25 de julio de 2008

PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS

No es que esté recordando canciones de radio AM... Es que hice un descubrimiento que por obvio se había paseado frente a mi cara todos estos años sacándome la lengua... Me di cuenta lo feliz que soy trabajando con las palabras... son mi universo, mi refugio, y realmente la pasión de mi vida...
Le encontré sentido a esto de comunicar... a pensar con la lengua afuera mientras hilvano una oración, busco un sinónimo, construyo sentido... estoy pletórica de significados (ahhh y disfruto con las palabras de día domingo!)
Mi profesión gira en torno a eso, pero es algo que trasciende mi trabajo, es lo que siempre me ha movido... Sentarme a escribir, pescar una idea y moldearla, soy una enamorada de las palabras...
Hay algunas que me gustan sólo porque el sonido se desgrana cristalino desde mi boca hacia el mundo (jacarandá, arlequín, libélula), aunque realmente no las use en lo cotidiano. De pronto me encuentro pronunciándolas porque su musicalidad me evoca bienestar.
Por eso admiro también a los escritores que han tomado conciencia de su poder. Como los anónimos de la Biblia que le otorgan el don creador ("la palabra de Dios", desencadenante del Génesis).
He ahí también mi admiración por Tolkien, gestor de toda una cosmogonía, sólo para justificar su pasión por inventar idiomas. ¡Qué lujo intelectual! O la agradable sensación de deslizarme por una historia que me producen los relatos de García Márquez, la poesía cotidiana de un cuento de Benedetti, la lírica de las canciones de Silvio y de Patricio Manns, el ritmo de los versos de García Lorca o de Nicolás Guillén...
Pero la fuerza de las palabras se me manifestó claramente cuando leí "1984", de Orwell. Con la neo-lengua, el idioma inventado por el régimen dominante, se buscaba contraer el pensamiento, reducirlo a la mínima expresión... Eso me marcó mucho, considerando que lo leí tan chica... la censura incubada desde la estructura mental.
Ahora estoy disfrutando de esta epifanía (nuevamente el uso dominguero), regocijándome hundida en el sentido de este descubrimiento...

2 comentarios:

DaniLazcano dijo...

Palabras, palabras, palabras. Tienes razón... leyendo tus palabras, la evidencia se burló esta vez de mi, y claro! ahí aparecieron, también como parte de mi vida. Me apasionan... pero a veces me dan miedo, me abruman, e intimidad... son tantas! ¿cómo usarlas adecuadamente? tan veleidosas algunas! tan curiosas otras! Dúctiles... rígidas... combinables... juguetonas... jugosas... desagradables (prurito). Y una referencia a San Juan (¡quién te viera y quien te vio!... lo digo por ambas... jajaja): "En el principio era el verbo", o sea, las palabras.
Por último: os invito a todos vosotros, ilustres visitantes de los desvaríos de Aureliana... a dar una vueltita por leda94.blogspot.com
Salud!

Memoriona dijo...

Me gusta decir "fenomenal" y "me acuerdo"